sábado, diciembre 7, 2024

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Cuando a nosotras se nos cae el cabello: ¿Qué Hacer?

Desde tiempos inmemoriales el cabello ha cobrado una importancia innegable desde el punto de vista estético y psicológico. La aspiración de lucir una cabellera atractiva se remonta hasta los orígenes de la humanidad. En ese contexto, la aparición de las canas y la caída del cabello, que suele asociarse al proceso natural del envejecimiento, es un motivo importante de preocupación entre las mujeres.

La caída del cabello es una parte normal de su ciclo, ya que cada hebra tiene un tiempo de vida entre dos y siete años hasta su caída y el comienzo de un nuevo ciclo. Es decir, una cabellera normal alberga alrededor de 100 mil pelos, por lo que perder entre 100 y 200 al día es probable que no se note.

Una cabellera normal alberga alrededor de 100 mil pelos, por lo que perder entre 100 y 200 al día es probable que no se note.

Sin embargo, de observar que mucho cabello se queda en el cepillo al peinarse, o en el piso de la ducha después de tomar un baño, es probable que ya no resulte un proceso natural, sino que se esté convirtiendo en un problema. Sobre todo, cuando estas pérdidas empiezan a causar puntos de calvicie.

La prevalencia de la caída del cabello en la mujer es elevada: más de dos tercios de las féminas se enfrentan a este problema en algún momento de su vida, y acuden a la farmacia buscando un tratamiento adecuado.

En tal sentido, el consejo farmacéutico es clave en la salud capilar. Y es que, gracias a la cercanía con la paciente puede identificar un posible trastorno e implementar un tratamiento, o sugerir en caso necesario, la visita a un dermatólogo. Para ello, es fundamental que el farmacéutico disponga de una formación actualizada, continua y específica sobre salud capilar.

El consejo farmacéutico es clave en la salud capilar. Gracias a la cercanía con la paciente puede identificar un posible trastorno e implementar un tratamiento, o sugerir en caso necesario, la visita a un dermatólogo.

Edades

En las mujeres aún en edad fértil, la perdida de cabello es una realidad que se ha incrementado en los últimos años. Según estudios, el estrés generado por la pandemia de Covid-19 es el gran responsable, independientemente de haber padecido o no esta enfermedad.

Por otro lado, de acuerdo con una investigación de la “Universidad de Harvard Women’s Health Watch” de los EE. UU., hasta dos tercios de las mujeres posmenopáusicas sufren de adelgazamiento del cabello o tienen áreas de calvicie. Dicho estudio explica que, en las mujeres, la pérdida parcial del cabello aparece en forma gradual, generalmente en la línea o raya divisoria y se va extendiendo desde la parte superior de la cabeza.

En los EE. UU., dos tercios de las mujeres posmenopáusicas sufren de adelgazamiento del cabello o tienen áreas de calvicie. La pérdida parcial del cabello aparece en forma gradual, generalmente en la línea o raya divisoria y se va extendiendo desde la parte superior de la cabeza.

Efluvio telógeno y alopecia androgénica femenina principales causas

Se denomina efluvio telógeno, cuando se produce una caída significativamente mayor de la normal, y entre otras causas se asocia a: estados de estrés o trauma; épocas estacionales como la primavera y el otoño; estadios como el posparto; tras una hemorragia o cuadro febril; carencias nutricionales por dietas restrictivas; enfermedades dermatológicas y sistémicas.

Este tipo de pérdida se manifiesta de forma aguda (o crónica cuando dura más de 6 meses). Es de carácter reversible y suele desaparecer cuando se elimina el factor desencadenante. Esta clase de caída se puede presentar en la mujer a cualquier edad, con un patrón de calvicie generalmente difuso y sin claros.

Por el contrario, la alopecia androgénica femenina se caracteriza por producirse normalmente a partir de los 40-50 años. Está asociada a cambios hormonales o predisposición genética. Tiene carácter crónico con una evolución progresiva que causa la miniaturización del folículo piloso. En las mujeres, su patrón de calvicie produce claros en la zona frontocentral y una disminución en el grosor del cabello.

En los casos de alopecia androgénica en los que el tratamiento dermocosmético y nutricional resulte insuficiente, el paciente debe ser tratado por un dermatólogo.

El patrón de calvicie, en el caso de la alopecia androgénica femenina, produce claros en la zona frontocentral y una disminución en el grosor del cabello.

Cabe mencionar que los factores genéticos tienen una elevada influencia en algunos tipos de alopecia, incidiendo en la capacidad por parte del organismo de generar nuevos cabellos.

Si se descarta cualquiera de las causas antes descritas, es conveniente consultar con un especialista. Y es que, la anemia, enfermedad de las tiroides y lupus, pueden ser también algunas de las causas.

En tal sentido, identificar las características propias de cada tipo de caída es fundamental para recomendar el tratamiento específico para cada una.

Resulta vital identificar las características propias de cada tipo de caída para recomendar el tratamiento específico para cada una de estas.

Cuidados preventivos

Resulta vital tomar ciertas medidas para evitar que siga dañandose o cayendo el cabello entre otras:

  • Evitar los peinados que tiran del cabello tales como: trenzas, colas de caballo o rodetes, ya que generan demasiada presión sobre el cabello y dañan los folículos. Tampoco cepillar excesivamente o colocar con ganchos o bandas elásticas.
Los ganchos o bandas elásticas puede perjudicar seriamente el cabello.
  • Tener cuidado con los artefactos que usan calor, como los rizadores de cabello y los secadores con cepillos. Si se los utiliza se deben mantener en la temperatura más baja y aplicar a los rizos un spray protector para el calor.
Los artefactos de calor deben de mantener una baja temperatura.
  • Espaciar lo máximo posible o evitar la aplicación de tintes o agentes químicos destinados a modificar la estructura del cabello. La decoloración o la aclaración del color del cabello pueden dañar los tallos del cabello.
Se debe tener extremado cuidado con el tipo de tinte que se utiliza.
  • Para ayudar a revitalizar los mechones con poco pelo, consumir más alimentos ricos en hierro, zinc y vitamina B12; B5 o ácido pantoténico; B6 o piridoxina ya sea através de la dieta o mediante suplementos nutritivos. Estas vitaminas contribuyen a la síntesis normal y al metabolismo de hormonas esteroideas.
Una alimentación variada y equilibrada es capaz de aportar los nutrientes claves para la salud capilar.
  • Existen fórmulas dedicadas a complementar la dieta con zinc, selenio, hierro y biotina. Inclusive el zinc y el selenio contribuyen a mantener las uñas en buen estado.
  • Los aminoácidos azufrados como la L-metionina y la L-cisteína por su función fundamental en la formación de queratina, componente estructural del cabello.
  • El colágeno hidrolizado tiene un papel muy importante, ya que se ha observado en recientes estudios que tiene un efecto positivo sobre el folículo piloso, promoviendo la activación de la fase de crecimiento.
  • Es fundamental considerar la seguridad de los productos a sugerir y las posibles contraindicaciones que pudiera tener la cliente, entre otras, alergias o el uso de otros fármacos para patologías agudas o crónicas.
Existen fórmulas dedicadas para complementar las dietas.
  • Probar acondicionar el cuero cabelludo con aceites esenciales. Por ejemplo, masajear unas pocas gotas de romero, madera de cedro, lavanda o amaro en la cabeza puede vigorizar el cuero cabelludo y mejorar el crecimiento del cabello.
Algunos aceites esenciales colaboran a vigorizar el cuero cabelludo.
  • En cuanto a otros cuidados tópicos, es conveniente utilizar productos adecuados capaces de nutrir e hidratar el interior de la fibra capilar con la finalidad de protegerla también desde el exterior para fortalecer el pelo y evitar la rotura y caída.
  • Existen champús, mascarillas y sérums específicos que no sólo mejoran el aspecto del cabello, sino que evitan el encrespamiento y facilitan el peinado. Estos efectos se consiguen gracias al aumento de la hidratación y la elasticidad, a la reparación de la fibra capilar y al sellado de la cutícula.
La hidratación es vital; existen champús, mascarillas y sérums específicos que no sólo mejoran el aspecto del cabello, sino que evitan el encrespamiento y facilitan el peinado.

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