miércoles, enero 15, 2025

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Un emprendedor que demostró, cómo alcanzar grandes objetivos en la vida, cuando el trabajo y el esfuerzo, se encamina en el rumbo correcto

Don Fulvio Rivero Ríos, tras sentirse iluminado por un posible negocio, emprendió el camino para hacerlo realidad y no dejarlo dormir en el cajón de las ideas huérfanas. Esta es la historia de un valiente emprendedor, en cuya filosofía de trabajo prima la tenacidad y la constancia. Don Fulvio, jamás se planteó que aquella idea tenía réditos cortoplacistas, sino que era una carrera por etapas, y donde cada etapa, tenía que mirar en perspectiva para observar lo conseguido haciendo un balance real de ese trayecto. Ello, obviamente forma parte de un objetivo mucho mayor y con otros plazos. Según él “hay quienes optan por los atajos y generalmente acaban con los huesos en el suelo del fracaso, alentados por la codicia o las ganancias rápidas”. Entonces, esta entrevista, es la historia de quién tiene varias claves para alcanzar excelentes resultados, como los conseguidos por él, en su Farmacia Sandra.

Megalabs (ML): Tengo entendido, que usted fue auditor en un Banco antes de permanecer detrás del mostrador de la farmacia durante 26 años ¿Qué lo animó a incursionar en un rubro tan diferente al bancario?

Fulvio Rivero (FR): ¡Ah! es una historia, o, mejor dicho, la anécdota de una coincidencia que le dio un giro de 180 grados a mi vida. Y que, si bien esa anécdota me impulsó en un emprendimiento con infinidad de sacrificios y riesgos tales como: la seguridad financiera, menor tiempo con mi familia, sudor y lágrimas que estuvieron presentes en un inicio… a pesar de todo ello, le aseguro y puedo decirle convencido que… ¡valió la pena!

ML: ¿Una anécdota que le cambió la vida 180 grados?  

FR: Así mismo es. Yo soy licenciado en administración y como usted sabe, hace más de 30 años era auditor en el Banco del Estado de Paraná. Generalmente por las tardes cuando llegaba a mi casa del Banco, me iba a jugar fútbol con los amigos a un terreno casi vació y enorme, como de una manzana, al lado de mi casa.

“Me iba a jugar fútbol con los amigos a un terreno casi vació y enorme, como de una manzana, al lado de mi casa. Las coincidencias me dieron la oportunidad de darle a mi vida un giro de 180 grados”. Don Fulvio el segundo de derecha a izquierda.

En una parte de ese terreno, también funcionaba un diminuto centro de salud del Estado con casi nada de personal de salud, era casi de primeros auxilios. Una de esas tardes que fui ahí a jugar pelota, aparecieron unos funcionarios, creo que, del Ministerio de Salud Pública. Y estos fulanos, estaban dale que dale, midiendo el lugar de arriba para abajo.

Así que, no pude con la curiosidad y les pregunté para qué tomaban tantas medidas y me dijeron: “Acá se va a construir el Hospital Materno Infantil”. Entonces pensé, pensé y me dije a mi mismo: ¿qué negocio puedo hacer si vivo justo al lado de lo que será un hospital de verdad? Entonces rapidito, adapté un área de mi casa y la convertí en el primer local para mi farmacia. Que se llamó “Victoria” igual que mi mujer.

Don Fulvio detrás del mostrador en la primera farmacia que instaló en su casa:”Así que adapté un área de mi casa y la convertí en el primer local para mi farmacia. Que se llamó “Victoria” igual que mi mujer”.
ML: O sea ¿ni corto ni perezoso, aprovechó la oportunidad?

FR: ¡Por supuesto! Dios me iluminó para que haga eso. Y le digo, aunque yo estaba muy bien en el Banco como auditor, cuando en la vida se presentan estas oportunidades –no sólo de negocios sino de servir a la comunidad– hay que darle para adelante, para atrás nunca, ni siquiera para tomar impulso.

ML: ¿Se le iluminó el camino?

FR: Así mismo es, y sabe una cosa… con el tiempo desde el mismo cuero salieron las correas. Hace casi 26 años, cuando comencé con la farmacia, pude también traer cabinas telefónicas. Se acuerda que en ese entonces las comunicaciones no eran lo que son ahora. Ese negocio me permitió el capital para comprar unos lotes frente al hospital y ahí construí, todo bien hecho y poco a poco varios salones, y arriba departamentos que alquilo. En uno de los locales tengo la actual farmacia.

“Con esfuerzo poco a poco compré unos lotes frente al hospital y ahí construí, todo bien hecho, varios salones, y arriba departamentos que alquilo. En uno de los locales tengo la actual farmacia”.
ML: ¿“Del mismo cuero…”?

FR: SI señor, y hasta ahora seguimos trabajando, dicen que a los elefantes se los come por partes… No se puede comer todo de una vez, no es fácil. El hospital nuevo no funcionó al 100% de la noche a la mañana. Fueron entre 2 y 3 años que aguanté, porque recién se estaba equipando y había poquitos médicos.

Es más, en aquella época, en los hospitales los médicos no tenían buena alimentación. Entonces, casi todas las noches hacía asado en mi casa, y ellos venían a cenar. Por eso tengo buenos amigos médicos, que en esa época algunos eran estudiantes y hoy son grandes profesores.

“Casi todas las noches venían médicos a cenar a mi casa y nunca faltó el asado”.
ML: ¿Con cuánta gente comenzó?

FR: Una colaboradora de día y yo de noche. Desde que mi farmacia abrió nunca cerró y funciona las 24 horas. Atendemos día y noche.

ML: ¿Usted atendía de noche?

FR: Así es, atendía de noche y después, al otro día me iba al banco.

ML: ¿O sea que inicialmente abrió la farmacia en su casa, pero no había dejado el trabajo en el Banco?

FR: Exacto, trabajaba de día en el Banco y de noche en la farmacia.

“Durante años trabajaba de día en el Banco y de noche en la farmacia”. En la foto don Fulvio en la época que trabajaba en el Banco del Estado de Paraná”
ML: ¡Ay caramba! ¿y cuándo dormía?

FR: Dormía algo, pero cuando tocaban el timbre me despertaba y atendía.

ML: Fue poco menos que una tortura China.

FR: Sí, y que le va a hacer, todas esas cosas fueron un sacrificio para alcanzar metas.

ML: ¿Y, cuánto tiempo estuvo con ese ritmo de atención nocturna?

FR: Y… casi 5 años, porque el Banco donde trabajaba se vendió, nos liquidaron y me dediqué a mi farmacia.

ML: Entonces en los últimos 21 años se dedicó exclusivamente a la farmacia.

FR: A la farmacia y a la ganadería, y es que tenemos una hacienda ganadera en la zona de Pilar que heredamos de mis padres. Un lugar lleno de esteros donde se tiene que andar a caballo 5 a 6 h por día.

“Nunca tuve miedo al trabajo, le cuento que vengo de una familia muy trabajadora de Pilar, mis cinco hermanos y yo, estudiabamos en la ciudad de Pilar 9 meses, y 3 meses, de noviembre a febrero íbamos a trabajar al campo, inclusive ahora cuando toca ir son 5 ó 6 horas a caballo en medio de los esteros.
ML: ¿Imagino que entre auditar en el Banco y dispensar productos, el aprendizaje fue cuesta arriba?

FR: Como le digo… la necesidad obliga que uno aprenda de todo. Fueron horas de lectura de todo lo que caía en mis manos, desde los insertos en las cajas de medicamentos hasta el vademécum. Eso sin contar la participación en capacitaciones de diferente tipo. Y aunque parezca broma, incluso entiendo muy bien la letra de los médicos en cada receta.

También cuento con la farmacéutica regente y colaboradoras que son muy buenas técnicas en farmacia.

Le cuento que una vez estaba en la farmacia con un amigo médico y justo llega una señora con una receta que era un antibiótico y un diclofenaco y me pregunta, cómo los tomaba. A lo que yo le respondo “este fármaco cada 8 horas con comida y este otro cada 12 horas”. Mi amigo, el médico que escuchaba, cuando se fue la clienta me dice: “La pucha Fulvio, yo estudié 18 años y tú sales del Banco y ya recetas”. Como le repito, cuando la necesidad es grande se aprende de todo, y uno puede sacar agua de las piedras.

Con voluntad todo se aprende, y aunque parezca broma leo perfecto las recetas de los médicos a pesar de la letra.
ML: El mundo de la farmacia es totalmente diferente al Banco ¿cómo se siente detrás del mostrador?

FR: Definitivamente, puedo respirar, y no me refiere sólo al saco y la corbata. Acá vienen diferentes clientes, médicos, visitadores médicos. Y bueno… no falta un tereré de por medio con los amigos, y estar en este ambiente es oxígeno para mi espíritu.

ML: Aunque comparado con el Banco, la farmacia tiene otro tipo de esfuerzo ¿tal vez mayor?

FR: Nunca me sentí forzado, le cuento que vengo de una familia muy trabajadora de Pilar, mis cinco hermanos y yo, estudiamos en la ciudad de Pilar 9 meses y 3 meses, de noviembre a febrero íbamos a trabajar al campo.

Mi papá –que fue combatiente en la guerra del Chaco– tenía su hacienda. Allá, desde la madrugada ordeñábamos para hacer queso y vender. Después nos íbamos a la chacra a carpir, es decir con la azada a limpiar la mala hierba. Y por la tarde, juntábamos los terneros, chanchos y ovejas. Por eso le digo, a mí el trabajo nunca me hizo sentir forzado, ni me asustó.

ML: Y en cuanto a inventario ¿tiene diversidad de productos y suficiente stock?

FR: Creo que sí, tenemos de todo, en Lambaré los clientes dicen: “Si no lo tiene la farmacia Sandra, no lo tiene nadie”. En verdad mi farmacia es muy completa y tenemos de todo; inclusive contamos con el sistema de “Aquí Pago” para las facturas de luz, agua, teléfono, carga, mini carga, todo, todo, es un pequeño banco dentro de la farmacia.

” En mi farmacia tenemos un inventario muy completo, la gente de aquí dice que si no lo tiene la farmacia Sandra, no lo tiene nadie”.
ML: ¿Supongo que el estar frente del hospital requiere, casi obligadamente, mantener un inventario variado y abundante?

FR: Por supuesto, también parte de la fórmula es tener un inventario que responda, porque aquí a la gente no le gusta ir a tres sitios y que le digan “no lo tengo”. Por otro lado, estamos al frente de un hospital muy importante y atendemos las 24 horas. Es necesario contar con todos los fármacos. En la etapa inicial y más crítica del COVID, por ejemplo, mi farmacia era la única que vendía todos los medicamentos.

No le miento que personalmente me amanecía en la puerta de los laboratorios para conseguir los medicamentos para el COVID. Era una competencia muy difícil; en esa época obtener los fármacos era casi una pesadilla; pero alcanzamos a contar con todo. Nos sentíamos muy comprometidos, además de otras razones solidarias, porque frente a la farmacia, en el hospital se había instalado un área de tratamiento para los pacientes con COVID y, de todo Lambaré la gente venía a comprar a mi farmacia.

“Nuestra farmacia al estar frente al Hospital exige una gran responsabilidad en diferentes sentidos, como por ejemplo atención a los clientes, buenos precios y un inventario completo”.
ML: ¿Época muy difícil verdad?

FR: Terrible diría yo. Al frente de mi casa está el ala del COVID, y yo salía al balcón a la hora de la siesta y era escuchar cada 20 minutos, cada 30 minutos a la gente llorando por los que se les morían.

ML: Complicado no sólo por la enfermedad ¿sino económicamente?

FR: ¡Complicadísimo! no se podía salir, estábamos confinados. Los primeros meses la pasamos mal porque el hospital no tenía esa ala de COVID y no se vendía. Además, estaba prohibida la consulta, pero mientras tanto, igual había que cumplir con la cadena de pagos. Bueno, nosotros soportamos, aunque acá muchas empresas y negocios cayeron y no pudieron levantarse.

Los pobladores de Lambaré. realizaron donaciones de camillas, sillones, sofá, camas, colchones, edredones, sábanas, colchas y baño portátil para fortalecer los esfuerzos del centro asistencial para enfrentar los peores momentos vividos durante la crisis sanitaria por el Covid en el 2020.
ML: Pero usted hizo un enorme sacrificio para tener abastecida la farmacia de todo lo que necesitaban los pacientes, usted se amanecía en los mismos laboratorios para pelearla.

FR: Así es mi amigo… fueron tiempos muy difíciles y tengo la satisfacción de haber podido colaborar con algo. Tal vez por ello mi farmacia es una referencia para los laboratorios.

ML: Imagino que, por ser una farmacia de referencia, los laboratorios le ofrecen buenas promociones.

FR: En verdad sí, pero le cuento que las bonificaciones de los laboratorios prefiero trasladarlas a los clientes y así ofrecerles un precio especial. Le aseguro que me quedo contento con lo que gano. Además, otras farmacias no fraccionan, nosotros vendemos también por blíster.

Con los pañales igual, y bueno, la gente a veces no tiene para comprar en un solo día el paquete completo y yo les doy uno, dos, o los que necesiten.

Mire, estoy frente a un hospital y aquí llega todo tipo de cliente, y mientras se pueda trabajar y ayudar a la gente, me pregunto ¿por qué no?

ML: Y qué tal su relación actual con  Megalabs.

FR: Excelente con Megalabs, es un laboratorio de primer nivel. Es más, me ayudó muchísimo en la época del COVID porque había un medicamento creo que era Meparina (enoxaparina) y era una lucha titánica conseguirla con otros laboratorios.

En general hay que estar bien abastecido de los medicamentos de Megalabs, son muy pedidos y de buenísima calidad. Acá farmacia que no los tiene va muerta.

Megalabs tiene medicamentos excelentes. Hay que estar bien abastecido de los productos de Megalabs, son muy pedidos y de buenísima calidad. Acá farmacia que no los tiene va muerta.
ML: ¿Ha logrado convenios con instituciones para facilitar las compras a sus integrantes?

FR: Asimismo es, nosotros tenemos convenios con la asociación de funcionarios de la municipalidad y de varias empresas. Este sistema ayuda a los funcionarios con un crédito en el momento que necesiten cualquiera de los productos de la farmacia las 24 horas, y cada fin de mes, la asociación nos paga.

Inclusive en la peor etapa de la pandemia, en el 2020, fuimos uno de los pocos que implementó el sistema Pytyvõ para medicamentos e insumos de alta demanda en Unidades de Terapia Intensiva con pacientes COVID19.

ML: Muy interesante, este administrador de empresa no sólo aplica sus conocimientos bancarios en la farmacia, sino que aprendió, como el mejor, a dispensar medicamentos; en otras palabras, aprendió: “por dónde le entra el agua al coco”.

FR: Exacto, todo se aprende estudiando.

ML: ¿Con cuántos colaboradores cuenta ahora?

FR Mi hijo y seis valiosos colaboradores. Tenemos trabajando juntos entre 15 y 20 años y todos tienen un muy alto grado de empatía con los clientes. Nosotros estamos frente a un hospital y la mayoría de los pacientes que llegan están turbados, preocupados, o con un dolor o una enfermedad propia o de un familiar. A ese cliente, hay que brindarle lo mejor. Y le aseguro que mis colaboradores están capacitados para resolver problemas rápidamente. Inclusive porque viene gente corriendo con las recetas en la mano y no hay tiempo para que el cliente pregunte ¿Quién me atiende?

Muchas veces yo mismo, voy más lejos y le doy una palmadita en el hombro, mientras le digo: “todo va a salir bien, tranquilo, confíe en Dios”. Que él se sienta atendido. Cuando ese cliente necesite algo, recordará quienes lo atendieron y en qué farmacia lo trataron como él necesitaba.

Todos mis colaboradores tienen un muy alto grado de empatía con los clientes. Estamos frente a un hospital muy importante y nosotros atendemos gente que entra corriendo con las recetas en la mano y no hay tiempo para que el cliente pregunte ¿Quién me atiende?
ML: ¿Cuál cree es su principal defecto?

FR: Como dicen los gringos, creo que soy workaholic (adicto al trabajo).

Antes de trabajar en el banco, laboré en una empresa la Tenenge, en ACEPAR en Villa Hayes donde durante 10 años viajaba todos los días 35 km y en la cual a los 27 años era el tesorero donde había 2,500 funcionarios.

ML: ¿Y piensa en algún momento dejar todo para que lo manejen sus hijos?

FR: Claro, claro, en su momento, de mis tres hijos, Sandra (por ella se llama la farmacia) trabaja en la Fiscalía General, Daniel labora como tesorero en una empresa vialera y Eduardo  se quedó conmigo en la farmacia.

Don Fulvio con su esposa la Sra. Victoria y sus hijos Daniel, Eduardo y Sandra.
ML: Usted mencionó que la anécdota que lo llevó a donde está fue una iluminación ¿es religioso?

FR: Sí señor, sí señor.

ML: En qué cree.

FR: En Dios, en la Virgen; yo rezo a la mañana para levantarme y para dormir. Le doy gracias a Dios por todo lo que tengo y lo que no tengo. Y pido a Dios por mis padres, amigos y parientes que murieron para que descansen en paz.

ML: ¿Y a qué Virgen se encomienda?

FR: Acá la Virgen de Caacupé.

ML: Si tuviera que dar un mensaje a los jóvenes que quisieran iniciar un emprendimiento ¿qué les aconsejaría?

FR: Que si tienen una meta, que no desmayen. Que la lleven a cabo con disciplina y mucho esfuerzo, que, con fe en Dios, ellos van a ver los frutos, si así lo hacen.

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